Los rosales en verano se encuentran en plena floración,
quieres saber más para disfrutarlos al máximo, sigue nuestros consejos.
La floración de los distintos tipos de rosales va de
primavera a otoño, siendo los meses de verano los más intensos en cuanto a
floración.
Por lo general, los rosales necesitan de una exposición
soleada, con un mínimo de exposición de 4 horas de sol. Si bien hay variedades
que admiten la penumbra.
Durante la floración es importante un riego abundante para
que la planta mantengan la floración, tendremos en cuenta que en verano las
altas temperaturas harán que sea necesario un mayor riego. Además ese riego
deberá ser a primera hora de la mañana o a última, nunca en las horas centrales
del día.
El abono, aunque principalmente se debe realizar en los
meses de primavera, en verano también podemos realizar abonados para mantener
los nutrientes esenciales para el rosal.
Utilizaremos un tipo de abono específico para este tipo de arbustos.
Para retener la humedad, es aconsejable crear una capa de
mulch o acolchado con corteza de pino.
Con respecto a enfermedades y plagas, los ataques en verano
son comunes a otras plantas: mosca blanca, pulgón,...En zonas húmedas es
posible que surjan puntos negros en las hojas.
En todo caso, un abonado
adecuado en primavera, dará a la planta la fuerza y vigor para resistir
cualquier tipo de plaga.
La variedad de rosales es muy amplia, debido a la gran
hibridación. Se pueden encontrar rosales de múltiples colores y tonalidades
desde el blanco, al lila, rojo, hasta el azul. Y las intensidades del más
pálido al más intenso.
Disfruta de los meses de verano con el color de los rosales
en plena efervescencia, su luminosidad y su fragancia agradable y sutil.
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